El encargo de la actualización de la identidad gráfica de un Instituto con más de 300 años de historia implicó una búsqueda en archivos y fuentes que permitieran comprender las motivaciones, intenciones y lógicas desde las cuales los primeros Hermanos trabajaron para elegir los elementos visuales que conformaron el primer sello y entender cómo fue evolucionando históricamente.
Se trató de un ejercicio de interpretación y asociación entre algunos de los elementos que conforman el Signum Fidei, puesto que en los materiales consultados no brindan muchos detalles que den cuenta de las transformaciones previas de la marca sino solamente de las decisiones que se tomaron en los Capítulos Generales.